Cuidado, esta edad del matrimonio es la más vulnerable a la infidelidad

Hacer trampa es una palabra que puede hacer temblar a cualquiera. Cómo no, la infidelidad puede hacer que un hogar con una edad de matrimonio lo suficientemente larga, lo cual estaba bien, se dañe. La pareja nunca espera la presencia de una tercera persona en la relación. Sin embargo, este fenómeno parece no tener fin.

El matrimonio es muy vulnerable a la infidelidad debido a varios factores. El aburrimiento es a menudo la razón para justificar este comportamiento. Incluso defensas como, “Es broma, de verdad. No es grave ”, a menudo se convierte en un escudo.

Los hombres tienden a hacer trampa con más frecuencia que las mujeres

Una investigación publicada en The Journal of Sex Research encontró que los hombres tienden a hacer trampa con más frecuencia en el matrimonio que las mujeres. Mientras tanto, el 44 por ciento de las mujeres menores de 30 años dijeron que terminarían una relación si un hombre ya no era fiel. En cuanto a las mujeres de 40 años, el porcentaje es solo del 28 por ciento, y las mujeres de 60 a 11 por ciento. Esto muestra que a medida que las mujeres envejecen, las mujeres tienden a tolerar más infidelidades por parte de sus parejas.

La edad del matrimonio propensa a la infidelidad.

Los investigadores encontraron el hecho de que en una relación matrimonial, la tendencia de hombres y mujeres a cometer infidelidades es diferente. Es más probable que las mujeres hagan trampa a la edad de 6 a 10 años de matrimonio.

Mientras tanto, los hombres están más interesados ​​en tener una aventura después de 11 años de casados. Los investigadores basaron estos hallazgos en datos recopilados de 423 participantes. Se pidió a los participantes que calificaran, de acuerdo con su importancia y 29 razones para rechazar la infidelidad, así como su probabilidad de hacer trampa si se les da la oportunidad.

Los resultados de este estudio revelan que los factores que juegan el papel más importante en la infidelidad son el género, las creencias religiosas y la edad del matrimonio. La decisión de no tener una aventura está motivada por factores internos más que por factores externos, como el miedo a estar solo.

Otra razón es el deseo de cumplir con las normas morales aplicables. Curiosamente, los estándares morales en la sociedad son más efectivos para evitar que las personas hagan trampa que preocuparse por el impacto en sus hijos o cónyuge.

Doctor Online de Superdrug encuestó a más de 2.000 estadounidenses y europeos para averiguar por qué hombres y mujeres hacen trampa. La principal razón por la que las mujeres hacen trampa es que no reciben suficiente atención de sus parejas. Mientras tanto, los hombres respondieron que la razón para hacer trampa era que veían a otras mujeres como más tentadoras que sus esposas.

Aunque no son cien por ciento precisos, estos hallazgos pueden ser un recordatorio para las parejas. La infidelidad es muy posible y necesitas cultivar una relación con tu pareja para mantenerla cálida a fin de evitar casos de infidelidad.

Lidiando con el problema de la infidelidad en el matrimonio

El vínculo matrimonial no es tan simple como su relación romántica en el pasado. No puede simplemente alejarse y decidir terminar la relación, especialmente si ya tiene hijos. Para eso, considere algunos consejos que puede hacer cuando encuentre a su esposo o esposa engañándolos.

1. Sea mentalmente fuerte

No se sorprenda si su pareja se pone a la defensiva, rechaza enfáticamente todas las acusaciones y discute con un millón de razones. Es fácil para los tramposos engañarse a sí mismos (y a sus parejas) haciéndoles pensar que su comportamiento no tiene sentido y es inofensivo.

Además, los tramposos suelen utilizar formas de manipular a sus parejas alegando que eres irracional, excesivo o paranoico. Incluso pueden culparte por no darles algo que necesitan o quieren.

2. Presentar la evidencia

Debe tener evidencia tangible de la infidelidad de su pareja, como mensajes de texto, llamadas telefónicas o incluso fotos. El punto es algo que puede mostrar como evidencia irrefutable. El tramposo, por supuesto, lo eludirá si le preguntas "Me estás engañando, ¿verdad?".

Sin pruebas, parecerá que está inventando esto. Después de eso, invite a su pareja a hablar de ello y se abra a usted. Aunque dolorosa, la confesión puede ser el comienzo para crear una mejor relación futura.

3. No ataque a su pareja

Su principal objetivo es llegar a la verdad pidiéndole a su pareja que confiese. Una vez que escuche la confesión y sepa lo que realmente está sucediendo, ambos pueden encontrar la mejor solución.

Para hacer esto, debes acercarte a tu pareja de una manera racional y no amenazante. En cambio, debes ser gentil y reprimir las emociones y los miedos de tu pareja. El punto es lograr que su pareja responda de manera honesta. Haga un plan para tratar con su pareja y discutir el tema específicamente sin interrupciones. Elija la hora y el lugar con cuidado, luego presente las pruebas una por una.

Se necesita calma en este caso. Usar métodos agresivos para acusar o atacar hará que tu pareja se ponga más a la defensiva y es poco probable que te ayude a llegar a la verdad. La calma y la dulzura son más capaces de revelar la verdad que la ira.

4. Inicie una conversación, no un debate

Una buena forma de iniciar una conversación es hablar sobre usted mismo y comenzar cada oración con "yo", no "usted". Esto ayudará a su pareja a calmarse y a no sentirse culpable.

En segundo lugar, exponga el problema sin juzgar al decir: "Quiero hablar serio contigo. Hay una cosa que me ha estado molestando mucho últimamente ".

Finalmente, una vez que tu pareja comience a abrirse, no lo bombardees con preguntas. Los estudios muestran que las personas se callarán, se pondrán a la defensiva y mentirán cuando se les hagan demasiadas preguntas ofensivas.

Recuerde, usted no es un policía que interroga a un ladrón. Escuche atentamente la respuesta de su pareja para que pueda evaluar con precisión la situación y mantener la conversación.

Si le resulta difícil controlar sus emociones y pensamientos, es una buena idea acudir a un tercero para que le ayude a calmarse. Ver a un consejero matrimonial, terapeuta, clérigo o psicólogo puede ser una opción porque se pondrán en una posición más neutral que si compartiera el asunto con familiares o amigos.

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