Consejos para recuperar el apetito de su hijo después de estar enfermo

Cuando un niño está enfermo, puede perder el apetito por lo que su ingesta de alimentos se reduce de lo habitual. Aunque se ha recuperado, el apetito del niño no vuelve inmediatamente a la normalidad. Si le preocupa que el peso de su pequeño esté disminuyendo y sus necesidades nutricionales no se satisfagan lo suficiente, puede probar las siguientes formas de restaurar lentamente el apetito de su hijo a la normalidad.

Cómo restaurar el apetito de un niño después de una enfermedad

Aunque después de estar sano el apetito del niño puede volver a aumentar, durante el período de recuperación el cuerpo del niño necesita tiempo para acostumbrarse a recibir más alimentos. Especialmente cuando el niño está enfermo durante mucho tiempo, el niño tendrá dificultades para gastar grandes porciones de comida.

Después de recuperarse, el cuerpo del niño también suele estar todavía en proceso de recuperación, por lo que a menudo el niño todavía siente algunos síntomas perturbadores. Para que los niños se acostumbren a comer en porciones ideales, puede seguir los pasos para restablecer el apetito del niño de la siguiente manera.

1. Incrementa la ración de comida poco a poco

Como primer paso para recuperar el apetito, no debe obligar a su hijo a comer inmediatamente porciones grandes. En los niños que se acaban de recuperar de una enfermedad que ataca la garganta, suele ser difícil tragar y el niño tiene dificultad para comer.

Dar directamente alimentos en grandes porciones puede traumatizar a los niños y reducir aún más su apetito. Primero, respete sus deseos y opiniones siguiendo la cantidad de comida que puede ingerir. Después de eso, puedes ir agregando poco a poco la ración de comida del niño hasta que llegue a la ración ideal.

Durante el proceso de comer, cree un ambiente tranquilo y agradable. Es mejor no seguir presionando a su hijo para que coma cuando tiene dificultades para masticar.

Tampoco debe persuadir demasiado a los niños para que coman con la tentación de los juguetes. Este método puede dañar la concentración de los niños mientras comen. Deje que su hijo mastique a su propio ritmo mientras le ofrece la comida de una manera neutral y no intimidante.

2. Implementar un horario de comidas regular

Si el horario de alimentación de su hijo se ve alterado cuando usted está enfermo, intente reajustarse al horario de alimentación original del niño. Un horario regular de comidas es muy importante para despertar el apetito de un niño.

La brecha entre los horarios ideales de las comidas puede conducir a un ciclo de hambre y saciedad para que los niños coman lo suficiente en el momento adecuado. Según el IDAI, el intervalo de comidas adecuado para los niños es de al menos 3 horas. La cantidad ideal de tomas por día es de 6 a 8 veces, que se ajusta a la edad del niño.

No olvide incluir bocadillos (meriendas) en el horario de comidas diario del niño. En un esfuerzo por restaurar el apetito de un niño, los bocadillos pueden ayudar a aumentar la ingesta nutricional de los niños que aún no son óptimos después de recuperarse de una enfermedad.

3. Pruebe una variedad de alimentos, pero aún nutritivos.

Uno de los esfuerzos que los padres suelen hacer para aumentar el apetito de sus hijos es darles su comida favorita. Es posible que los pequeños puedan comer los alimentos que les gustan en grandes porciones, pero los padres a menudo se olvidan de la ingesta nutricional que necesitan los niños.

Está bien darle la comida favorita del niño, siempre que sea la comida principal. Si su comida favorita resulta ser un bocadillo, debes dársela como bocadillo. No use bocadillos como sustituto de la comida principal, incluso si su hijo no quiere comer.

Una estrategia que puede hacer para restaurar el apetito de su hijo sin comprometer su nutrición es combinar sus alimentos favoritos con otras opciones de alimentos nutritivos. Si a su hijo le gusta mucho el pollo, puede variar la receta utilizando pollo como ingrediente principal.

4. Necesidades suficientes de líquidos

Al intentar restaurar el apetito del niño, es posible que la ingesta nutricional no se satisfaga de manera óptima. No solo piense en la comida, también debe prestar atención a las necesidades de los fluidos corporales de los niños. Asegúrese de que se satisfagan sus necesidades. Especialmente si su pequeño acaba de recuperarse de una enfermedad que corre el riesgo de causar deshidratación, como una infección respiratoria, diarrea o vómitos.

Además de beber más agua, puedes darle jugos de frutas frescas para cubrir sus necesidades de líquidos.

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